El taxista que, según los videos de cámaras de seguridad de la zona, acribilló a un supuesto fletero en las calles de Itagüí al sur de Medellín, no aceptó los cargos y se someterá a juicio acusado de homicidio y porte ilegal de armas. Mientras, el juez lo mandó para la cárcel.
Alexander Montañez, comandante de la Policía Metropolitana distrito 7 del Valle de Aburrá, reveló que con las imágenes del hecho se pudo identificar la placa del taxi el cual fue hallado en un parqueadero público.
La polémica ahora es si lo hecho por el taxista clasifica como legítima defensa, pero los hechos parecen no favorecer al detenido pues una vez redujo al motociclista hiriéndolo y ya estando éste en el suelo sometido, procedió a descargar su arma para marcharse del lugar en el mismo taxi en que llegó.
Además, al parecer, el acto de fleteo no tuvo que ver con él directamente, es decir, no fue víctima directa del supuesto atracador y por tanto la figura de legítima defensa no le aplicaría.
La justicia y la ley están por encima de las pasiones. Esas que se apoderan del ciudadano cuando ve un delito y al tratar de evitarlo, le provocan hacer justicia con su propia mano. El caso de Itagüí revive la vieja polémica respecto a quién debe pagar por el crimen y cuál es el papel de la gente del común ante el delito máxime cuando la autoridad brilla por su ausencia.
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