Tres goles para cada equipo y una definición dramática desde el punto de pena máxima permitieron que la disputada entre Francia y Argentina sea una de las mejores finales que se han jugado en la historia de los mundiales.
La mayor parte del tiempo del partido hubo dominio argentino que ganaban 2-0. Sin embargo, apareció el francés Mbappé al final y sobre los 80 minutos marcó gol. Solo un minuto después volvió a aparecer y empató el partido.
La esperanza para los franceses volvió a desvanecerse cuando Messi marcó el 3-2 a los 108 minutos del alargue. Pero para sorpresa de todos volvió a aparecer Mbappé, que de nuevo empató el partido al minuto 118, obligando a definir la final desde los penaltis.
Finalmente, la Selección Argentina se consagró campeona en los penaltis con cuatro goles, mientras que los franceses solo metieron dos. De esta manera, Lionel Messi, considerado por muchos como el mejor jugador de la historia, llegó a 42 títulos en su carrera, siendo este el más importante.