Once cadáveres fueron recogidos por las autoridades colombianas en el escenario de los combates que el ELN y las disidencias de las FARC mantienen desde hace varios días en Puerto Rondón, departamento de Arauca.
Los enfrentamientos entre esas dos facciones guerrilleras se dan, según las autoridades, por el control del territorio que desde hace años mantiene el ELN y que las disidencias quieren arrebatarle.
Hace un año, la zona fue sacudida por combates similares y el número de muertos fue superior a 50 y se centraron en los municipios de Saravena y Tame.
El ELN tiene en Arauca su principal bastión de guerra y se ufana de mantener el control en casi toda la zona mientras que las disidencias de las FARC buscan ampliar su cobertura y hacerse a las rentas ilegales y al control de la frontera con Venezuela.
Luego del fallido cese al fuego con el ELN anunciado por el presidente Gustavo Petro el 30 de diciembre y al que la guerrilla del ELN no se acogió, los combates de Arauca plantean una complicación adicional para los planes de paz total del gobierno pues si pactar entre estado y guerrilla ya es difícil, hacerlo entre los grupos armados irregulares es casi imposible.
En medio de todo está, como siempre, la población civil que en Arauca especialmente, lleva ya muchos años en un ambiente de guerra sin solución.