Los cientos de usuarios del sistema de salud y de las EPS que llevan horas esperando ser atendidos en cualquier sala de urgencias del país, se vieron sorprendidos con la encuesta contratada por la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), según la cual una inmensa mayoría (73%) califican el sistema por encima de 3 sobre 5.
Esa nota, que en términos estudiantiles significa que el sistema “ganó el año”, también sorprendió a los miles de usuarios que hoy esperan vía tutela a que se les proporcione un tratamiento, una medicina, un traslado que su EPS se niega a entregarles.
La encuesta contratada por la ANDI a la firma encuestadora Invamer da cifras sorprendentes: el 34% de los encuestados dice, según el estudio, que los servicios son “excelentes” y el 39% afirma que son aceptables. O sea, que el sistema de salud colombiano es una maravilla. Pero surgen preguntas sobre el estudio: ¿a quién le preguntaron?, ¿los encuestados han usado los servicios de las EPS?, ¿qué servicios?
En una EPS es sabido que el médico solo dispone de, máximo, 20 minutos por paciente la mayoría de los cuales se gasta en llenar formularios. Pasa más frente al computador que lo que se fija en el paciente. De ahí surge otra pregunta sobre la encuesta: ¿cómo es posible que el estudio diga que el 93 % de los afiliados perciben la atención de los médicos como satisfactoria?
Un sistema que ha visto desaparecer decenas de EPS cuyos pacientes obligatoriamente se le cargaron a las demás, hizo que las medianamente buenas se llenaran de usuarios sin aumentar en la misma proporción su capacidad de atenderlos. La consecuencia lógica es que se alargó el tiempo de asignación de citas médicas y de todos los procedimientos.
La encuesta de la ANDI es, por lo menos, sospechosa. Y eso sin contar que no indagaron por las autorizaciones de procedimientos médicos que le llegan al usuario cuando ya lo están velando…