Los coros proféticos de la oposición a Petro que anunciaban con el deseo, una tasa de cambio de siete, ocho y hasta diez mil pesos, no pasaron de malas intenciones pues todo indica que la moneda colombiana va a terminar el año fortalecida frente al dólar y su cambio no pasará de los $ 4.000.
Tener una tasa de cambio controlada permite que los precios al consumidor no se desborden sobre todo en productos cuyas materias primas son importadas, por ejemplo, los concentrados para animales. Si ese precio sube, se dispara el precio al consumidor de carnes, huevos, leche y sus derivados.
2023 ha tenido un precio promedio del dólar de $4.345, pero en los últimos tres meses, la tendencia ha sido a la baja con un promedio de $4.086. La tasa de cambio para diciembre, según las tendencias, estará alrededor de los $3.950.
Para el 2024 se espera que la tasa de cambio fluctúe alrededor de los $4.000 si las condiciones internas y externas se mantienen, entre ellas, la baja de tasas esperada de la Reserva Federal estadounidense y las tasas de interés del Banco de la República.
La catástrofe anunciada en la campaña electoral a la presidencia no se dio en Colombia, contrario a lo que acaba de suceder en Argentina: de un día para otro, el nuevo gobierno devaluó dramáticamente la moneda: de 400 pesos por dólar a 800. Hoy todos los bolsillos de los argentinos sienten el golpe.