Pese al intento del gobierno regional por alargar la fecha para declarar la emergencia por la sequía, pudieron más el sol y la disminución dramática de las reservas que llevaron a que las medidas restrictivas para el uso del agua fueran elevadas de nivel.
La sequía que padece Barcelona es la peor desde que se llevan registros y ha obligado al gobierno a elevar las restricciones: el riego agrícola deberá restringirse en un 80%, el uso de agua en ganadería, en un 50% y el uso industrial en un 25%. Hasta ayer estaban en 40,30 y 15 por ciento, respectivamente.
La decisión se tomó luego que, tras la sequía de más de 3 meses en la zona, el nivel de los embalses llegara al 16%.