El presidente argentino Javier Milei hizo una alocución nacional para contarle a los argentinos que el propósito del gobierno de llegar a “déficit cero”, se logró. En horario triple A, Milei dijo: «Es una hazaña de proporciones históricas a nivel mundial”.
La “hazaña” a la que se refiere el primer mandatario se debe a lo que desde la campaña denominó “la motosierra” y “la licuadora”, dos estrategias que, según él, le han servido para, con la primera, recortar gastos y con la segunda, evitar que los gastos crezcan por encima de la inflación que en un año ha sido de 287.9%.
Pero el mérito que hoy embriaga de orgullo a Milei no ha sido ni tanto ni gratuito. Sus críticos señalan que las cifras expuestas son de muy corto tiempo (se posesionó en diciembre), y de corta duración. Y sobre el superávit fiscal, resaltan que ha recortado tanto a las provincias y a las instituciones que es lógico que a la fecha pueda mostrar cifras en negro.
Es como si un ciudadano dejara de pagar el arriendo, la energía, el colegio de sus hijos y no comprara mercado. Obviamente al recibir su pago, podría decir orgulloso que tiene un superávit, pero éste ha sido logrado dejando de cumplir obligaciones, sacando a sus hijos de la escuela y alimentándose de aire.
Milei enfrenta hoy una protesta universitaria desencadenada por el recorte de presupuesto público a todas las universidades del país.
Para enfrentarlas, ya anunció otro tipo de motosierra: la represión de la policía.
Duros días esperan a Argentina que, en medio de una de sus peores crisis económicas, escogió como presidente a un hombre que habla con su mascota muerta y asegura que en 50 años su nación será como alguna nación del primer mundo…