Está a las puertas de la cárcel. Algunos se atreven a decir que hace rato debió ser detenido pues ha confesado actos de corrupción multimillonarios. Se trata de Olmedo López, el exdirector de la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), bajo cuya administración se hizo la compra de los carrotanques para La Guajira, un negocio que se convirtió en negociado en el cual estarían varios congresistas, según López.
Sin embargo, el exdirector aun no muestra las pruebas que dice tener sobre los involucrados. Su “ventilador” ha soplado para salpicar al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, el representante a la cámara Wadith Manzur, el presidente del senado Iván Name y el de la Cámara Andrés Calle, pero el resto de beneficiados con los sobrecostos no los ha dado a conocer.
Como ha dicho que hay varios congresistas, partidos como Centro Democrático y Cambio Radical le han pedido públicamente que precise nombres de congresistas.
Lo dicho por Olmedo López es grave. Pero es más grave lo que no ha dicho. Y sobre todas las cosas, deberá mostrar pruebas que le sirvan a la Fiscalía en el posible proceso penal contra los involucrados. Sin precisiones por parte de Olmedo López, el asunto es una cacería de brujas que cualquiera aprovecha en su propio beneficio.
El abogado Miguel Ángel del Río llamó a López en su cuenta de X, “un mercader de la verdad”.