Los argumentos del ente acusador señalan que cuando la excongresista Aida Merlano salió de la cárcel para atender una cita odontológica no tenía los elementos que le ayudaron en su fuga y que estos le habrían sido suministrados por su hija y por el profesional de la salud.
En este caso se escucharán testigos y declaraciones de los guardias del Inpec que estaban encargados de la custodia de Merlano, antes de que se fugara por una ventana del consultorio, con ayuda de una soga y de una moto, que la recogió una vez pisó la calle.
El primer testigo fue el dragoneante del Inpec, Luis Ballesteros, que fue enfático en que “los privados de la libertad, como la exsenadora” no se deben reunir con sus familiares en sus citas médicas, como sucedió en este caso, cuando se reunió con su hija Aída Victoria Merlano, destaca El Heraldo de Barranquilla.
El diario costeño cita a la dragoneante Diana Montoya, que dijo que “el odontólogo se comportaba de manera extraña el día de los hechos y que los hijos de la excongresista le empezaron a hablar durante varios minutos mientras la puerta del consultorio estaba cerrada”.