La hija de Aida Merlano, Aida Victoria Merlano, fue declarada culpable ayer por un juez por dos delitos relacionados con la fuga de la excongresista: favorecimiento de fuga y uso de menores de edad para la comisión de delitos.
El abogado defensor de la influenciadora, Miguel Ángel del Río, anunció que presentará las acciones legales para apelar la declaración que podría llevar a su defendida a una pena de hasta 20 años de cárcel.
Si la justicia considera que es culpable, lo es, y deberá brindarle las garantías para apelar. Lo que llama la atención es que mientras la hija de la hoy fugitiva es condenada, los graves hechos denunciados por su madre y que involucran a poderosas familias costeñas, parecen ser ignorados por esa misma justicia.
La excongresista ha dicho que su fuga se organizó por parte de esas personas que querían sacarla de la cárcel para silenciarla, que fue violada por los captores que la retuvieron después de la huida y que logró escapar de ellos para llegar a Venezuela en donde hoy está, supuestamente, detenida. Además, ha dado declaraciones sobre cómo funciona la compra de votos en la costa, suministró nombres y esquemas y aún no se sabe que a alguno lo hayan procesado y menos condenado.
Que reine la justicia, sí. Pero que reine por igual para todos. Por eso se llama justicia.