El planeta en cuestión se llama K2-18 b, se encuentra a 110 años luz de la Tierra, y contiene agua en la temperatura necesaria para permanecer líquida.
Durante años los astrónomos buscaron en la inmensidad del espacio algún planeta que pudiera asemejarse a la Tierra. La búsqueda se hizo entre los exoplanetas, mundos ubicados más allá de nuestro sistema solar y a los que con poca probabilidad podremos llegar algún día. En medio de este escaneo, parece que encontraron agua en un exoplaneta habitable.
El planeta se llama K2-18 b y fue descubierto en 2015 por el telescopio espaciar Kepler de la NASA. Este se encuentra a 110 años luz de nosotros, y ha sido estudiado por expertos del Centre for Space Exochemistry Data (CSED) de University College de Londres con datos de telescopio espacial Hubble. Según su documento publicado en Nature, en este lugar habrían encontrado vapor de agua. No solo eso, sino también hidrógeno y helio.
Lo sorprendente del caso es que dicho exoplaneta se encuentra en la zona habitable de su sistema solar. Como los cálculos indican, este se encuentra a 22 millones de kilómetros de su estrella. Esto es solo un 15% de la distancia que nosotros estamos del sol, pero K2-18 b gira en torno a una enana roja. Es decir, el calor que emite es menor, lo que le permite al planeta estar a una temperatura templada. Eso, a pesar de estar tan cerca.
Por otro lado, anotaron que K2-18 b muestra siempre la misma cara a su estrella, así como nuestra Luna. Sin embargo, los expertos señalaron que esto no representaría problemas para las condiciones de habitabilidad.
¿En verdad tiene las condiciones?
¿Pero sí es tan parecido a la Tierra? Los científicos responden que no, pues su tamaño es muy superior. Su categoría está entre las «Supertierras», planetas cuyo tamaño varía entre nuestro mundo y Neptuno. De hecho, K2-18 b tiene el doble de diámetro y una masa ocho veces mayor. Por lo tanto, tendría una mayor gravedad y sería complicado para un ser vivo desplazarse allí.
Otro elemento que hace dudar de su habitabilidad es la radiación. Si bien el calor que emite una enana roja como su estrella es menor, la radiación es mucho más hostil. Esto haría mucho menos probable (aunque no imposible) la existencia de vida.
No obstante, este planeta es hasta ahora el lugar más parecido a la Tierra encontrado hasta ahora. Si bien se acerca a nuestro hogar, se continúa con la búsqueda de uno más parecido.