Opinión: Kico Becerra
¡Que no panda el cúnico! decía el Chapulín.
Lo de Uribe era esperado, nadie pensó que el fiscal Barbosa permitiría que acusaran a su jefe y mentor político. Rasgarse las vestiduras por eso, simplemente es ganas de armar un escandalera por cosas obvias.
Cuando el ventrílocuo ego Fiscal General dijo, desde que conoció que le llegaría el expediente, que el responsable era el abogado del expresidente, quedó claro que así procedería.
Que un fiscal desconozca unas pruebas que llevaron a la Corte Suprema de Justicia a llamar a juicio a un ciudadano, debe ser por un manifiesto prevaricato del alto tribunal o del fiscal.
Mientras los seguidores de Uribe alaban al fiscal y los detractores lo fustigan, el tema de la justicia sigue en proceso; por eso, el expreso, exsenador y expresidente expresó escuetamente que daba gracias a Dios por este primer paso judicial.
¿Qué ha pasado? Simplemente que, la fiscalía le pide al juez de conocimiento (el Tribunal) que archive el expediente que le remitió la Corte, por falta de pruebas contra el acusado.
Naturalmente, la contraparte apelará esa decisión y, será el Tribunal, quien decida si archiva o continúa el proceso con una llamada a juicio al sindicado.
Siguiendo las premisas obvias, así como la fiscalía por más que hubiera pruebas, nunca llamaría a juicio a Uribe; para el Tribunal va a ser muy difícil decir que su superior, la Corte Suprema, estaba prevaricando al llamarlo a juicio.
Siempre he pensado que fue un error de la defensa de Uribe no permitir el llamamiento a juicio, con base en una acusación endeble armada por la fiscalía. Creo que ese camino hubiese sido menos escandaloso y más sencilla la absolución; pero, a ellos les pagan millonadas y deben saber más que este susurrero.
Lo cierto es que este show no ha terminado, para desgracia de este país y seguiremos cada vez más polarizados entre fanáticos seguidores de Uribe y quienes lo odian.
Mientras, la economía y el empleo están en profunda crisis y este río incontenible de crisis social es aprovechado por demagogos, quienes a pasos agigantados se acercan a la toma del poder, para agravar los problemas,así
continuará este carnavalesco y caníbal espectáculo rumbo al abismo.
Ñapa: Viendo a los ciudadanos volcados a las calles, en busca de una normalidad que no volverá a ser igual, no es difícil predecir que, tendremos un próximo nuevo pico de pandemia.
Ñapita: ¿Sabe usted cuándo lo van a vacunar? Tranquilo no será pronto.