Opinión: Mauricio Guzmán Cuevas
«Trabajo en lo que salga» afirmaba un hombre frente a las cámaras del noticiero mientras le preguntaban por qué estaba viviendo en un cambuche al lado de una peña, que por el invierno amenazaba ruina en un barrio de Bogotá. Sus pequeños hijos aferrados a sus piernas miraban aterrados a su padre mientras enfrentaba la posibilidad de una tragedia.
Ante la escasez de oportunidades y de tierra habilitada para absorber la demanda de techo de muchos campesinos que emigran a las ciudades, les toca ubicarse en los sitios de alto riesgo.
Cuando el clima y la adversidad ya no les da opción, se van como sea a otro país buscando un respiro. Y lo consiguen. Porque la otra cara de la moneda que existe sobre nuestra imagen en el exterior, es que somos excelentes trabajadores.
Fui testigo en estos días de una cantidad de lecciones de vida de colombianos trabajando en otros países y ocupando los puestos de vanguardia, como obreros, técnicos, profesionales etc., y esto porque más allá de su calidad educativa, los admiran y los buscan por su espíritu de trabajo.
Creo que a nadie escapa que en cada región de Colombia somos así. Debemos reconocernos como una fuerza laboral impresionante, que encauzada por emprendedores podemos aquí y ahora transformar nuestro atraso en progreso.
Ahora que vamos a cambiar los Alcaldes Locales, en nuestras manos está escoger uno que sea más de acción que de carreta.