La Inteligencia Artificial (IA), está haciendo maravillas. Y desastres. A la vez que contribuye al desarrollo de la ciencia, su uso en manos irresponsables está alterando la realidad al punto que, de un día para otro, a la cantante estadounidense del momento Taylor Swift la bajaron del escenario y la convirtieron en modelo porno.
Las falsas imágenes generadas por IA alcanzaron a estar por más de 17 horas en la red social X sin que sus encargados las bloquearan, aunque siguen disponibles en otras plataformas. Una de esas imágenes falsas fue vista 47 millones de veces.
Las imágenes alteradas o “deepfake” existen en las redes desde su creación, pero nunca los programas habían permitido tal nivel de realismo como el que se consigue a través de la IA.
Mientras en redes como Facebook o Instagram, mostrar una nalga o un pezón puede llevar a la cancelación de la cuenta, en X las imágenes de sexo explícito circulan sin ninguna barrera. Las reales y las falsas, siendo estas mucho más efectistas pues muestran a los cibernautas una “realidad” inexistente pero deseada por muchos.
La falsa moral se irá contra la laxitud de X a la hora de mostrar imágenes de contenido erótico. Olvidan que hoy, desde cualquier dispositivo y sin ninguna restricción, se puede acceder a cientos de miles de páginas de pornografía por las que ni siquiera hay que pagar.
Por algo, la pornografía es junto al tráfico de estupefacientes y el de personas, una de las actividades que más dinero mueve hoy en el mundo.