A plena luz del día, un conductor que fue detenido por la policía local, solicitó al hombre hacerse la prueba de alcoholemia par determinar si estaba bajo la infuencia del licor.
Astutamente el conductor se quitó la camisa y desafió a los agentes a pelear, razón por la cual los policías pidieron a la secretaría de tránsito hacer presencia para elaborar la prueba e inmovilizar el vehículo,
La sorpresa fue grande cuando los agentes de tránsito explicaron a la policía que, acorde a las nuevas normas de salubridad, no se puede exigir a un conductor usar el dispositivo para determinar su grado de alicoramiento.
La policía igual detuvo al conductor por agresión a la fuerza pública, pero no lograron determinar si estaba en estado de alicoramiento.