El intrépido can se ha ganado el corazón de todos los visitantes, a quienes ofrece su compañía ida y vuelta a la cima por un poco de alimento, y sobre todo, mucho afecto.
Nuestro país ha sido bendecido con algunos de los paisajes más impresionantes y de climas más cambiantes del mundo. Entre ellos se cuentan paraísos turísticos como la famosa Montaña de los Siete Colores, situada en el camino al nevado Ausangate, región Cusco. Recientemente, la aparición de un pequeño perro en las laderas de este circuito ha despertado el interés de miles de turistas que buscan conocer al peculiar anfitrión.
“Doc”, como llaman los lugareños al simpático perro mestizoque recibe a todos los visitantes camino a la maravilla natural, llegó ahí un día ahí para quedarse procedente de la comunidad de Ananiso, la cual organiza tours en un impresionante cañón muy próximo a Vinicunca. No es, por tanto, un perro abandonado a su suerte. Por el contrario, su lealtad y cordialidad lo han convertido en todo un personaje de estampa reconocible en el nevado.
Los viajeros que por ahí transitan no pueden dejar de verlo apostado en las laderas o encabezando los destacamentos de exploración. Los menos apurados no pierden la oportunidad de fotografiarse con el animal, el cual es bastante dócil al contacto humano y lo único que pide a cambio son algunas croquetas y caricias de afecto.
Si alguna vez tiene la oportunidad de conocer la Montaña de los Siete Colores, quizá pueda detenerse un momento para darles un poco de cariño a estos leales guardianes del santuario.
Vinicunca, conocida popularmente como la Montaña de los Siete Colores, es una formación montañosa teñida de varias tonalidades producto de la compleja combinación de minerales en el lugar. Los tonos rojos, morado, verde, amarillo y rosado de sus laderas pueden apreciarse a 100 Km. De la ciudad del Cusco, a una altitud de 5 200 msnm. Actualmente es considerada el atractivo turístico más importante de la región después de Machu Picchu.
Director: Habib Merheg Marún