Por Mauricio Marulanda
Como caleño, entiendo la forma de pensar de mis conciudadanos, somos de esa facción de la sociedad que no traga entero, que nos encanta los retos y que desafiamos cualquier decisión o medida de seguridad, porque nos sentimos más sabiondos que el resto del país.
Desde el inicio de la pandemia, el comportamiento de los caleños ha sido irresponsable, incoherente, absurda y al extremo ingenua. Todavía hoy, 15 de Diciembre de 2020, hay quienes aseguran que ese cuento del Covid es mentira y que todo se trata de un complot para mantenernos en casa.
Los centros comerciales están repletos de gente, la irresponsabilidad de la gente, tanto de los ciudadanos, como los administradores de grandes superficies comerciales que siguen creyendo que lo importante es vender y reactivar la economía.
Ayer tuve una charla extensa con varios amigos y mi planteamiento generó todo tipo de críticas. A mi juicio, hay mucha gente en este mundo y un alto porcentaje son una masa de carne sin inteligencia, son gente de pensamiento estúpido, que consumen recursos mundiales sin prometer nada, sin que podamos esperar absolutamente nada de ellos. Favor nos harían si se contagian y terminan incinerados, sus familias lo llorarán por un par de días y de esta manera el planeta depura tanta porquería que anda libre sin hacer nada por mejorar el planeta.
Y no hablo sólo de los caleños o los colombianos, la estupidez es mundial, así lo demuestran las cifras en Italia, Francia, Estados Unidos e incluso la respetada Alemania, que muy a pesar de su condición de país estudiado, demuestra que la abundancia de pendejos es la pandemia más grande que afrontamos.
¿Les suena absurdo? ¿Creen que estoy loco por pensar así? Todo depende del ángulo desde dónde se mira el problema. No se trata de un pensamiento político, más bien es un análisis consciente de la realidad de la especie humana. Llevamos miles de años aumentando la población mundial sin que los gobiernos presten atención a las consecuencias tan graves que tiene este absurdo fenómeno que, a mediano plazo, garantiza la más grande hambruna mundial y muy pronto la privatización del agua, o sea la extinción de nuestra especie.
Por supuesto usted que lee este artículo pensará que ese problema lo llevamos encima hace más de 200 años y debo decirle que tiene la razón y que a medida que pasan los días la población sigue aumentando sin ningún tipo de control. De ahí mi explicación del por qué, estos incautos, ignorantes y estúpidos que no entienden de la gravedad de la pandemia, deben ser el sacrificio que ofrece la humanidad, en procura de un planeta sin tanto pendejo en las calles.
Lo triste del asunto es que esos idiotas incrédulos se pasean por centros comerciales, van a fiestas y piden abrir las puertas de los estadios de fútbol, para luego pasar los viernes y sábados en fiestas clandestinas, demostrando así que son retadores del mundo y aquí es donde viene la parte triste. Los muy ….. no se mueren, sólo se contagian y luego llegan a sus casas, en plena navidad a abrazar a sus primos, tías, padres y abuelos, para transmitirles el Covid y vuelve y juega, las salas de las UCIs se llenan y los pobres que nunca salieron, que se cuidaron al extremo, terminan contagiados por culpa de los irresponsables.
En época de navidad, deberíamos extremar más las medidas de aislamiento, en especial aquellas familias que tienen adultos mayores vulnerables. No deberían recibir a sus nietos rumberos, a los que mantienen en la calle y se consideran inmunes, deberían aislar a esos familiares tóxicos que ponen en riesgo a los que sí se cuidan.
El libreto ya está escrito, pero un alto porcentaje de la sociedad piensa que de algo nos tenemos que morir, el problema es que no siempre son ellos los que mueren, sino sus familiares y amigos, pero eso, como dirían los inconscientes, es problema de ellos por no tener buenas defensas.
Usted tiene una responsabilidad con usted mismo y su familia, así que haga lo que haga, no culpe al Alcalde de la ciudad, dese una vuelta por la calle 5a., por la autopista sur oriental, por el centro de Cali y pregúntese: ¿Toda esta irresponsabilidad es de un mandatario o nuestra?
Feliz navidad para todos, yo cocinaré mi cena con mi madre de 80 años y no tendremos invitados, ni arbolito de navidad, ni pesebre … Sólo daremos gracias por seguir con vida y esperaremos con calma a que llegue la famosa vacuna que prometió Duque, ojala no sea Vacuna por Voto.