Para la historia quedará el video del expresidente Iván Duque que durante una visita a la Unesco en París en noviembre de 2018 y en medio de una inspiración entre filosófica y mitológica que terminó en cómica, expuso ante su muy serio auditorio lo que él consideraba era un asunto de trascendencia mundial: el número 7. Y citó entre los motivos para que ese dígito fuera importante, que 7 eran los enanitos del cuento, 7 las notas musicales y 7 las artes. Intentaba explicar los vericuetos indescifrables de lo que su gobierno llamó Economía Naranja que, según él, se basaba en 7 asuntos todos empezados por la letra i. I de incomprensible.
La semana anterior, el presidente Gustavo Petro atendió la invitación del presidente de Estados Unidos Joe Biden a la Casa Blanca y durante varios días, las noticias sobre su visita han girado en torno a los discursos, las exposiciones, las entrevistas y lo que se dijeron ambos mandatarios. No se han visto planes de colores especiales, ni enanitos, ni Blancanieves. Es más: el “lobo feroz” del norte recibió con agrado, interés y optimismo a quien sus opositores más recalcitrantes en Colombia insisten en tratar de “guerrillero” palabra a la que Petro le antepuso el prefijo “ex” hace más de 30 años.
Lo real es que hoy el presidente democráticamente elegido en Colombia es un exguerrillero que le apostó a la paz, cumplió su palabra y ganó las elecciones. Lo irreal siguen siendo los 7 enanitos y las economías de colores particulares sobre la cual cabalgó el gobierno pasado y cuyos resultados, si existen, solo serán visibles para personas que creen en mitología, fábulas y cuentos infantiles. Hay que incluir en ese grupo a Mandrake, El Mago, quien con su socio Lotario, podrían entender la cosa. El resto, los mortales reales, no.
A Petro, Biden lo graduó de líder regional, título que debe estar causando una escasez preocupante de medicamentos para la urticaria en sus opositores. Entre ellos a Francisco Santos que, en una entrevista durante las elecciones presidenciales pasadas, profetizó que, si Petro ganaba, el dólar se ponía a cinco mil pesos rápidamente y las relaciones con Estados Unidos quedarían destruidas.
El dólar, como lo dijimos algunos en redes sociales hace varias semanas, seguirá en la montaña rusa que sube y baja, pero cada vez –los hechos de hoy lo demuestran-, estará más cerca de los cuatro mil que de lo que el ex vicepresidente Santos pronosticó más con el hígado que con la cabeza.
Otro video para la historia. Junto al relato de Duque sobre los 7 enanitos.