Carlos Edmilson da Silva, en prisión durante 12 años por la violación de 12 mujeres, fue liberado por un juez de Sao Paulo, Brasil, al comprobarse su inocencia gracias a pruebas de ADN que permitieron identificar al verdadero violador.
Da Silva hoy tiene 36 años y fue encarcelado cuando tenía 24, es decir, ha pasado la tercera parte de su vida preso por un delito que siempre negó haber cometido. Cayó preso pues algunas víctimas lo reconocieron a través de fotografías y en persona, una vez fue detenido.
¿Qué cambió? La ciencia forense permitió comparar el ADN de algunas de las víctimas con el de da Silva y concluyó que algo no encajaba. En Brasil, por una decisión legal, a los presos se les toman muestras de su ADN para tenerlo como archivo forense. Las pruebas exoneraron a da Silva y apuntaron hacia otro compañero de prisión: José Reginaldo dos Santos.
La madre de Carlos, Ana María da Silva, lo recibió a la salida de prisión. Él solo acertó a afirmar: “Ni siquiera tengo palabras. Ni siquiera puedo hablar correctamente”.