Salió del mundo de los negocios hacia el de la televisión. El producto de esa mezcla fue candidato presidencial, luego fue presidente y ahora, es candidato-presidente que patalea para aceptar los resultados de las elecciones argumentando fraude sin mostrar ninguna prueba.
La mitad del público aplaude y la otra mitad, abuchea.
A falta de un moderador que le sugiera “llamar a un amigo” o un “50 – 50”, hay cientos de medios haciendo cábalas sobre lo que pasará y lo que no pasará.
Todo un reality: Un vergonzoso programa de televisión que se basa en mostrar las miserias de los concursantes para subir un poco en sintonía y así vender mejor su publicidad.
No le ha faltado ni el rumor, ni la bronca, ni la noticia falsa, ni el enfrentamiento con la prensa, ni la traición de viejos compañeros y menos los chismes sobre líos de faldas, traiciones y negocios raros de la familia.
Es la realidad superando a la ficción.
El estudio es el país con la mayor economía del mundo, uno de los mas grandes imperios de la historia que ha aportado tanto inventos maravillosos como realidades espeluznantes. Allí está sucediendo que su presidente de forma obstinada y aun antes de las elecciones, anunció que no aceptaría la derrota. Y preparó su contingente de abogados para evitar perder.
Nada tendría de especial si el asunto sucediera en Madagascar. Pero sucede en un país cuya economía afecta a casi todas las demás (entre ellas la nuestra de manera especial), y esa actitud pendenciera de su presidente produce en las bolsas efectos que podrían ser muy difíciles de contener luego.
Pero bueno… ¿podría esperarse algo diferente Donald Trump?
Sea cual sea el resultado y a pesar de lo grave que su reacción pueda ser, lo importante es que se defina pronto y que quien tome las riendas del país, entienda que al sur hay un estado en un proceso de paz delicado e importante que vale la pena respaldar con toda determinación.
Director: Habib Merheg Marún