La decisión de no usar la técnica conocida como fracking para extraer hidrocarburos tomada por Ecopetrol en las últimas horas, era una decisión esperada desde el momento en que Gustavo Petro asumió la presidencia pues su posición al respecto ha sido clara desde hace años. Lo que se discute ahora es qué se gana y qué se pierde con la decisión.
El fracking es una técnica que usa agua a presión para romper las rocas a gran profundidad y así alcanzar depósitos de hidrocarburos que de forma convencional no se alcanzarían. El volumen de agua usada para ese propósito y algunos químicos que se le deben agregar para que cumpla su objetivo, son dos de las críticas que se le hacen a la técnica pues no solo usaría grandes cantidades, sino que la contaminaría en su proceso, tanto la empleada en la operación como la de otras fuentes hídricas.
Además de la contaminación, al fracking se le acusa de ser causante de temblores de tierra en amplias zonas donde se realiza.
De otro lado, la principal pérdida al desechar del uso de la técnica es de tipo económico. Ecopetrol, por ejemplo, explota en asociación campos petroleros en Estados Unidos usando la técnica de fraccionamiento de roca y sus resultados fueron calificados por la empresa como “excelentes” en su informe financiero que destaca, además, el crecimiento de la producción frente al año pasado.
El uso del fracking ayudaría a obtener más petróleo y más gas y prolongaría los años en que el país sería autosuficiente, pero ¿a qué costo?
Un dato final: Inglaterra también ha suspendido las operaciones de fracking en su territorio.