Dos de las más importantes aficiones del fútbol colombiano viven momentos diametralmente opuestos: mientras el Cúcuta Deportivo celebra su regreso a la Primera División, el Deportivo Pereira es notificado por parte del Ministerio del Deporte que, si antes de 10 días no se pone al día, perderá el llamado “reconocimiento deportivo” y no podrá participar en el campeonato de 2026.

Los cucuteños vuelven al “cielo” de la primera luego de varios años y temporadas de disputar en la B, de padecer los malos viajes y las peores canchas. Pereira camina rumbo al “infierno” de la desaparición deportiva luego de volver a la A en 2020, ganar su primera y única estrella en 2022 y participar de forma destacada en la Copa Libertadores del año siguiente.

Algo une a los dos equipos que hoy viven realidades opuestas: la personalidad de sus dirigentes. Personajes que se mueven en el no siempre claro paisaje del fútbol colombiano, creando polémicas a cada instante, sembrando dudas todos los días y considerando a la afición el trapito de coger las ollas. La pesadilla que pesa sobre el Deportivo Pereira hoy, ya la vivió el Cúcuta en 2020 y por razones similares que tuvieron en su dirigencia a los protagonistas principales de la caída. Hoy, se repite la historia con el equipo pereirano.

Mientras, sus aficiones esperan. La de Cúcuta, que empiece el campeonato para llenar el estadio (y de paso, el bolsillo de sus dirigentes…). La del Pereira, que haya un milagro.

Habib Merheg Marún