Por: Habib Merheg Marún
Las interpretaciones sobre las declaraciones del exsenador Álvaro Uribe ante la Comisión de la Verdad, no paran. Y no van a parar pues el fenómeno tiene tantas aristas, tantos puntos de vista, tantas formas de examinarlo que seguramente seguiremos hablando del asunto por varios meses más.
Es que no es una noticia de tercera categoría. Ni de segunda. Que el principal opositor al Acuerdo de Paz que, por demás, ha considerado ilegítimas las diferentes instancias de justicia transicional, decida conversar con la Comisión, es una noticia de primera, casi un extra.
Ni siquiera por lo que dijo ni por lo que calló. Tampoco por la forma en que se dio el encuentro y menos por los inmerecidos comentarios que contra la integridad del padre de Roux se hayan presentado en las omnipresentes redes sociales.
Tampoco por la idea sugerida por el expresidente sobre una “amnistía general”, planteamiento que contradice lo dicho por los enemigos del proceso que ven en el mismo lo que ellos llaman impunidad y que además sería una forma de burlar a las víctimas y de irse en contra de la esencia del sistema transicional uno de cuyos pilares es saber la verdad de lo sucedido en el conflicto y que en una amnistía como la esbozada por el expresidente, no se obtendría.
No. Lo que rescato es el guiño, la señal, el gesto. Ver sentados al padre de Roux y a dos comisionados quienes representan el Acuerdo frente a su más grande contradictor, manda mensajes de varios tipos.
El mas importante de ellos, a mi parecer, es el que envía el exsenador a sus seguidores respecto al proceso de paz que han intentado hacer trizas desde que inició y que pese a los tropiezos, avanza. Después de esa reunión, las opiniones de algunos opositores al proceso seguro se moderarán aunque los más recalcitrantes insistirán en sus posturas. Pero con elecciones a la vista decidir entre “guerra” y “paz” en sus discursos no será muy difícil. El precandidato con mayores opciones por el Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga ya lo hizo: “Los Acuerdos de Paz hay que respetarlos”.
La Comisión de la Verdad debe presentar su informe en noviembre en caso que no se extienda su periodo como lo están pidiendo algunos. Por la Comisión han desfilado desde Mancuso hasta Timochenko, desde Gaviria hasta Santos. Faltan algunos, es la verdad. Pero con lo sucedido esta semana, un capítulo que parecía quedar en blanco, ya tiene con qué escribirse.