Informe Especial – Channel Plus
Son varias las ciudades que han presentado casos de niñas entre los 14 y hasta los 17 años que ingresan al mundo de la prostitución, inducidas por amigas, que ya habiendo vivido su propia experiencia, ahora colaboran con los «dueños del mercado» para reclutar nuevas víctimas de este lucrativo negocio.
La forma de operar es simple: En los colegios, por lo general de bajos recursos, las niñas son abordadas por compañeras de su misma edad que aseguran poderles ayudar a ganar mucho dinero a cambio de su virginidad. La oferta puede estar entre uno y hasta dos millones de pesos por tener sexo con extranjeros y por tan solo un día de trabajo.
Pudimos entrevistar a «Juliana» (nombre ficticio), quien hace dos años se inicio en este negocio.
«En el colegio, una amiga me habló y me dijo que podía ganarme un millón de pesos si me dejaba hacer el amor de un señor que iba a pagarme por eso. Yo le dije que no, que yo no había estado con nadie y que eso estaba mal. Luego ella me dijo que no fuera boba, que igual iba terminar dándoselo a un novio pobre que nada me iba a dar, así que por qué no hacerlo y ganar plata».
«Juliana» terminó accediendo, en parte por ingenua y en parte por tener la posibilidad de ganar un millón de pesos, que para una joven de 14 años es una fortuna inmensa.
Llegó el día pactado y «Juliana» fue recogida con su amiga por una mujer de casi 40 años quien le dijo que no tenía porque preocuparse, porque ella iba a estar muy cerca y que nada malo le iba a pasar. Durante el viaje en una camioneta a una casa de campo en Lago Calima (Valle del Cauca), la mujer le preguntó en dos ocasiones y en verdad era virgen, explicándole que para el cliente esto era muy importante.
«Juliana» llegó al sitio,una casa muy bonita junto al Lago y conoció a un señor de unos 50 años con apariencia europea, que habló discretamente con la mujer y después de cancelarle una suma en dólares, la dejó sola con el hombre.
«Después que pasó todo, él llamó a la señora y me recogieron. Cuando íbamos de regreso, la señora me dio 300.00 pesos y me dijo que el señor no había pagado más porque yo no era virgen. Me puse a llorar y le dije que yo sí era virgen, pero no me hizo caso y me dijo que si yo quería podía conseguirme otra cita, pero que ya no pagarían tanto, que lo máximo que podía ganar eran unos doscientos mil y eso, si me dejaba hacer lo que el cliente quisiera».
La realidad de este negocio es otra muy distinta. Los clientes que consiguen vía internet están dispuestos a pagar hasta 20.000 dólares o más dependiendo de la joven que están subastando. Así es, a las niñas se les subasta por internet y los clientes ven fotos de la chica sacadas de su Facebook o por referencia de quien las recluta.
En el caso de «Juliana» es probable que el hombre haya pagado unos 10.000 dólares de los cuales y producto del engaño, a la niña solo le dieron 300.000, o sea 100 dólares.
«Juliana» siguió adelante con la Madona, quien la vendió 9 veces más como niña virgen. En casa, los padres de «Juliana» descubrieron el dinero que tenía guardado la niña y después de haber confesado el origen del mismo, abandonó su hogar.
«Ahora trabajo independiente, tengo una sala de sexo virtual con dos amigas y un amigo que administra el portal y ganamos mucho dinero con viejos morbosos que les encanta vernos desnudas, pero es solo eso, ya no tengo que acostarme con nadie. Mi novio sabe a lo que me dedico y no le molesta, dice que después que este ganando platica, eso es lo importante».
Así finaliza el relato de vida y su experiencia ante nuestro reportaje.
Usted saque sus propias conclusiones.
Director: Habib Merheg Marún