OPINIÓN: KICO BECERRA

Una discusión bien complicada es la que versa sobre las preferencias personales respecto a cualquier tema; por lo general, esas divergencias nunca terminan en acuerdos.

Por eso, el tema de cómo debe ser el metro de Bogotá, genera tantos inconvenientes. Para una persona con claustrofobia, pensar en meterse en un túnel oscuro para transportarse de un lugar a otro, le genera un repudio inmediato; no sucede lo mismo con quien no padece de esa fobia.

Yo prefiero el metro elevado, porque me gusta ver por dónde voy y, en un túnel, no puedo ver sino un hueco lleno de cables; a otras personas eso no les importa.

Lo sustancial en este caso, hoy por hoy, es lo que significa para Bogotá la demora de más años en ver esa realidad, tantos años esperada; que sea por encima, como ya está contratado, es lo que prefiere la mayoría de los Bogotanos, para no morirse sin ver, por fin, un transporte masivo rápido.

Es claro que, modificar lo contratado, para darle gusto al presidente, implica unos años más en esa obra. Ese tiempo es el que los Bogotanos no aguantan, dentro del caos de movilidad que hoy padecen.

Los perjuicios jurídicos y fiscales de cualquier cambio, ahora, de ese contrato, indican que, lo más sabio es continuar con lo contratado y, en 4 años, inaugurar parte de esa magna obra.

Conozco muchos metros elevados a nivel y subterráneos. Hay espectaculares, como las estaciones subterráneas del metro de Moscú; horribles como las estaciones y el metro subterráneo de Nueva York; espectaculares como los metros elevados de Vancouver, Berlín y Dubái.

Desafortunadamente, la mayoría de los Bogotanos no tienen ni idea de qué es un metro; lo asimilan a un bus grande de Transmilenio; aunque sí se parecen en lo lleno que van todos los metros en horas pico. Lo fundamental del metro es la velocidad y el intervalo en que pasan.

Mi cordial sugerencia al presidente Petro es que, aproveche para presionar la segunda línea del metro que, puede ser subterránea como a él le gusta y podría estar lista en 10 años, complementaria al metro elevado.

Ñapa: El Mintransporte no solo copió el 80% de su tesis de grado, sino que, su hermano es el mayor contrabandista de oro y platino, según informe de la fiscalía; nadie dice nada al respecto.

Ñaputa: 2 trabajadores de campo del Ingenio del Cauca asesinados por los invasores; muy grave ese enfrentamiento de personas humildes. Lo que faltaba ya pasó; ¿y ahora qué viene?

Ñapita: Nada buena la pelea de los profesores indígenas del Cauca, con la vicepresidente Francia.