Al medio día todos al interior de la fundidora de oro trabajaban tranquilamente, cuando un fuerte estruendo llamó la atención de todos. Una volqueta enorme había golpeado la puerta de cinco metros de alto, que mantenía segura a la fundidora y de ella bajaron más de una docena de hombres armados con fusiles, armas largas y cortas que atemorizaron a los empleados. Así fue el inicio del intento de robo más arriesgado que se haya presentado en Medellín y tal vez en todo Colombia.
Así comenzó uno de los asaltos más espectaculares perpetrado en los últimos años en la ciudad, que de momento deja un delincuente herido de gravedad, dos policías lesionados y 11 sospechosos detenidos.
Mientras los hombres ya estaban dentro de la fundidora, dos cómplices de la banda, disfrazados de guardas de tránsito, tenían la misión de desviar el tráfico de la avenida Vegas, para facilitar el escape de los ladrones, una vez obtuvieran su botín.
La volqueta había logrado tumbar la primera puerta, pero vendría una segunda puerta que no se abriría tan fácilmente, lo que obligaba a los delincuentes a bajar del vehículo y después de someter a los hombres de seguridad, se enfocaron en la apertura de la segunda puerta. Producto del estruendo y el caos por el ingreso de los ladrones, muchos empleados corrían de un lado a otro buscando refugio.
Mientras el falso agente de tránsito desviaba el tráfico, una patrulla motorizada de la policía se acercó a la fundidora y observó en la distancia a uno de los bandidos encapuchados que portaba un fusil y chaleco antibalas.
El encapuchado dio la voz de alerta a sus compañeros y varios de ellos salieron, pero ya los policías habían acelerado su moto y los bandidos no tuvieron otra alternativa que disparar contra los policías, que caen de la moto y se enfrentan a disparos contra los asaltantes.
Uno de los trabajadores de la fundidora logró llegar al botón de pánico, por lo que la Policía despachó refuerzos a Manila y comenzaron las coordinaciones con las cámaras del Sistema 123.
Ya todo se había complicado, a esta altura los bandidos saben que el robo estaba frustrado y la única salida era huir del lugar.
Varios bandidos con armas largas salieron a la calle y se enfrentaron con varios agentes de la policía que llegaban por todos lados. De igual manera llegaron las motos de los cómplices que alzaron con casi todos los ladrones, aunque algunos no tuvieron oportunidad de escapar en motos y debieron intentar hacerlo caminando.
A este punto el robo había sido un fracaso total, los que iban a pie fueron los primeros en ser capturados, más adelante cayeron otros que se movilizaban en moto y aunque la mayoría logró escapar, 11 de ellos fueron capturados por las autoridades.
Las autoridades deducen que un robo de esta magnitud debió contar con la ayuda de empleados al interior de la fundidora, que habrían dado información vital que permitió el intento de asalto, que fue frustrado por las autoridades.
Apenas se abre la investigación sobre este caso, que pretende llegar al fondo y a la mente maestra que puso las piezas juntas para este golpe que hoy deja once capturados por parte de la policía.