Opinión: Mauricio Guzmán Cuevas
Fuerte y desgarrador impacto sentí cuando me enteré de la muerte de Carlos Holmes Trujillo García. Convaleciente aún de Covid-19, como aún me encuentro, se arruga más el alma con esta dolorosa noticia.
Mi juventud estuvo ligada muy estrechamente a la familia Trujillo García. Mi inicio en la vida política la hice al lado de Carlos Holmes Trujillo (padre); fui mucho tiempo su secretario. Mis primeros cargos públicos los ocupé en representación del llamado Holmismo.
Con Carlos Jr., siendo contemporáneos, no fui tan cercano políticamente, porque estuvo estudiando o viviendo en el exterior, desde muy joven. Siendo gobernador, en mi despacho, se logró el histórico acuerdo entre dos aguerridos contrincantes, Gustavo Balcázar y Carlos Holmes (padre), en virtud del cual, el denominado Balcarcismo votaría por Carlos Holmes como primer alcalde de Cali elegido popularmente; desde ahí comenzó su fulgurante carrera pública.
De su extensa y exitosa vida pública, solo quiero resaltar el decoro y la pulcritud con que las ostentó. Singular en la actual política nacional.
Quiero recordar sus condiciones humanas. Con Carlos Holmes se podía estar en desacuerdo, pero, jamás hubo agresividad de su parte, ni malos tratos, con sus contradictores. Tenía el escaso don, en Colombia, de la tolerancia y las buenas maneras. Era un inteligente conciliador; diplomático nato.
Su señorío se imponía con su sola presencia; su carcajada franca adornaba su personalidad. Heredó de su padre la oratoria fluida y culta; todo esto hacía que fuera tan difícil ser su contradictor. Como diría mi madre: Era un tipo encantador.
Se lo lleva la muerte en su momento de gloria, cuando se preparaba para su campaña a la presidencia y, con pasión, estaba recorriendo el País.
El Valle del Cauca pierde a su referente político más importante del momento; Colombia a un caballero de la política; como bien lo expresó el expresidente Uribe: Se siente una gran orfandad con su partida.
Para su familia nuestro abrazo solidario en estos momentos de tanto dolor. A su hermano José Renán una especial voz de condolencia, porque conozco la admiración y fraternidad especial que siempre los unió.
¡¡Hasta pronto compañero!!
Director: Habib Merheg Marún