La maldad no tiene límites y así quedó demostrado cuando el pedalista colombiano se enteró que Yako, su perro, su compañero familiar, fue envenenado por manos criminales.
Yako había sido adoptado por el hermano del ciclista hace un poco más de un año y se había ganado el corazón de todos en la casa.
“Era un ser importante para nosotros y no es justo… De verdad que no es justo que haya gente que sea capaz de envenenar a un animalito y hacerlo sufrir de tal manera”, agregó Bernal en la publicación con la que habló del fallecimiento de Yako.