Por @EscribidorMao
En dos años del gobierno Duque, el número de escándalos ha sido tan grande que ameritaría la renuncia del presidente, pero eso nunca va a pasar en Colombia porque llegamos a ese extremo en donde se perdió la ética, el pudor y la vergüenza por parte de la clase dirigente.
En el caso del expresidente Uribe, hoy se debate por parte de los magistrados de la república, nueve en total, si el caso del exmandatario deberá seguir su proceso en la Corte Suprema de Justicia o si debe pasar a la fiscalía en donde el fiscal Barbosa, en complicidad con el fiscal Jaimes, cerrarían el proceso contra Uribe, pasando la amarga página de la imputación contra el expresidente.
SE PRENDEN LAS ALARMAS
Uno de los daños más graves que ha generado el progresismo de Gustavo Petro, ha sido incitar a la ciudadanía a entender y exigir sus derechos fundamentales que por décadas habían creído perdidos.
Los procesos contra Uribe reflejan, en cierta forma, una sublevación contra la clase política, que a juicio de los jefes de partido, muchos de ellos expresidentes, atenta contra la dignidad y honorabilidad de los exmandatarios. ¿Qué significa esto?
Básicamente estamos hablando de la posibilidad de llevar a los estrados judiciales a expresidentes que hayan incurrido en delitos contra la democracia. Implica el confrontamiento de los exmandatarios para responder por actos ilegales en los que hayan incurrido durante sus presidencias.
César Gaviria, jefe del partido liberal, se atrevió a pedirle a los magistrados en el caso de Uribe, que voten a favor del expresidente para evitar que procesos de este tipo se puedan repetir en Colombia, exponiendo a otros presidentes como ha ocurrido en Perú.
Los magistrados Rojas y Lizarazo fueron abordados por Gaviria, en donde privadamente les advirtió que depende de ellos que ha futuro se pueda poner en el estrado a los expresidentes, lo que desataría una ola de incertidumbre política en el país que en nada beneficia la confianza en los votantes.
todos inocentes
Varios presidentes de Colombia han sido acusados de distintas ilegalidades en sus acciones. Samper por ejemplo fue acusado de recibir dineros de los carteles de la droga para comprar votos en su mandato y a pesar de todas las evidencias y bajo la frase Todo ocurrió a mis espaldas, el presidente logró mantenerse en su cargo y gobernó tranquilamente durante su mandato.
Santos quien está involucrado en los falsos positivos ocurridos en la presidencia de Uribe como Ministro de Defesa, tampoco fue juzgado por sus delitos y nunca enfrentó a la justicia.
La clase política colombiana a través del congreso, se ha encargado de contener cualquier intento de la sociedad colombiana de llevar a sus exmandatarios a responder por los delitos que cometieron durante sus mandatos. Todo producto de un sistema de justicia elegido por el mismo congreso, bajo la complicidad de la presidencia de turno, que garantiza a todo presidente de Colombia que no importa su comportamiento, nunca será castigado por la justicia de este país.
«La culpa es de Petro»
La derecha colombiana acusa a Petro de todos los nuevos males que sufre el país, desde el Paro Nacional, la crisis en la Corte Suprema de Justicia, el estancamiento de la economía durante y después de la pandemia y hasta del invierno que afronta Colombia, todo es culpa de Petro.
La realidad es otra cosa muy distante. La ciudadanía colombiana ha tenido la oportunidad de ver, conocer y juzgar por sus propios criterios, los constantes escándalos que la prensa independiente ha dado a conocer a nivel nacional e internacional.
La venda que nos mantenía cegados hasta hace poco, se ha ido cayendo con los días, el desespero y el odio se engendra en el pueblo y genera el malestar social que hoy vive el país. Colombia se mamó de tanta corrupción y ha dado inicio a un proceso de renovación de pensamiento.
el cambio no será rápido
No podemos esperar que el país se transforme de un día para otro, eso no ha ocurrido en la historia de la humanidad. Los procesos de cambio son lentos, requieren de mucha educación política con las actuales generaciones y las siguientes. No debemos generar falsas expectativas y pensar que Petro llegará a salvar el país.
Lo que sí podemos asegurar los progresistas como yo, es que tenemos una responsabilidad muy grande, que consiste en untarnos de política y ello sólo se logra producto de la participación ciudadana en los programas de gobierno que plantean los futuros candidatos a cargos de elección popular.
Despertar a la política, implica que debemos ser parte de las decisiones que nos afectan como sociedad y ello sólo se logra entregándole al país el tiempo y el conocimiento para evaluar las propuestas de los candidatos, la viabilidad de sus promesas y la exigencia a la justicia para enderezar el camino del país.
ESTÁN ASUSTADOS
Los partidos tradicionales están entendiendo que la obra teatral de sus partidos para mantenerse en el poder, está sufriendo la peor de sus crisis. El Pueblo ya no come cuento y la situación económica es un claro ejemplo del mal manejo de los recursos.
La puerta que no quieren que se abra es la de la justicia, esa puerta podría llevar a miles de corruptos a las cortes de justicia en donde muchos de ellos, serían juzgados por sus actos, lo cual generaría un cambio real en el futuro de Colombia.
Ese es el temor más grande los caciques políticos que ven con desconsuelo como el poder que han mantenido hasta ahora, se va disolviendo a pasos agigantados y que los enfrenta con una realidad inevitable: El cambio que requiere el país para salir de la crisis de corrupción.