No es una demanda de un grupo de vecinos ni de una asociación de padres. Es nada más y nada menos que el estado de Nueva York quien demanda a las grandes tecnológicas como Facebook, Instagram, TikTok, Snapchat y YouTube a quienes culpa de alimentar la crisis de salud mental de sus niños por ser plataformas “adictivas y peligrosas”.
La demanda es instaurada por el Departamento de Educación del estado y la Corporación de Salud y Hospitales de la ciudad, el mayor sistema hospitalario público de Estados Unidos.
La adicción a las redes sociales es un hecho que afecta a toda la población juvenil e infantil del mundo y aún a gran parte de la población adulta, pero son los niños los más perjudicados al ser “especialmente susceptibles al daño porque sus cerebros no están completamente desarrollados” según dice la demanda.
No es la primera demanda ni será la última. Mientras los gigantes tecnológicos que administran las redes insisten en que cada día trabajan para impedir que niños y adolescentes creen adicción hacia las mismas, la verdad es que están diseñadas con el propósito que el usuario se vea obligado a revisar su contenido de manera permanente.