Con el paso del tiempo la plataforma Facebook se ha convertido en un espacio de comunidad en donde los usuarios han llegado a un punto de confianza, en que sus estados emocionales son avistados por todos, sin restricción alguna. Hacerlo puede calificarse como una acción social deprimente o sustancialmente peligrosa veamos las razones.
Dar a conocer a tus amistades (muchas de las cuales ni siquiera conoces) tus estados emocionales, sean de tristeza, felicidad, triunfo o derrota sentimental, no es recomendable por razones lógicas, nunca se tiene claro cuáles son las intenciones de las personas y la vida de cada quien es y debe ser privada.
Las nuevas tecnologías permiten a través de algoritmos, determinar muchas cosas de tu personalidad, y una persona que muestra un estado emocional triste podría ser víctima de publicidad engañosa o mensajes que en poco podrían ayudar a su estado actual. UN estudio así lo revela.
El estudio en particular utilizó a 390 participantes entre los 18 y los 73 años de edad. A todos se les pidió que llenaran formularios con preguntas respecto a temas de autoestima, personalidad y salud mental en relación al uso de Facebook.
Así, se les presentó a los participantes tres situaciones con más o menos delicadeza en un feed hipotético de Facebook. Las tres podían ser publicaciones de un conocido cualquiera en la red social. Se trataban de un caso de un rompimiento amoroso, otro del diagnóstico de cáncer de un familiar cercano y el último era el anuncio del suicidio de un amigo de ese conocido. Por supuesto, las situaciones iban en un orden ascendente de gravedad.
Ante esto, los participantes debían tomar una decisión de interacción con las publicaciones con las reacciones reales de Facebook. Por ejemplo, utilizar «Me Gusta», «Me entristece», etc. También se podía agregar un comentario o decidir no interactuar en absoluto. Eso sí, debían calificar la publicación en una escala de «Totalmente incómodo» a «completamente cómodo».
Como si esto fuera poco, también se les pidió que indicaran qué tan probable era que ellos revelaran esa información en los contextos citados.
Fue una tendencia para todos el hecho de sentirse más cómodo al recibir este tipo de información frente a frente que enterándose en redes sociales. Es decir, resulta más fácil encontrar apoyo fuera de internet. Curiosamente, fue menos perturbador para los mayores de 40 el enterarse en Facebook de noticias delicadas en comparación a los más jóvenes.
Naturalmente para todos era más fácil revelar en línea el tema de una ruptura amorosa. Sin embargo, para la mayoría terminó siendo más probable revelar el suicidio de un amigo que el diagnóstico de cáncer de un familiar. Además, los mayores de 40 señalaron que no revelarían estos hechos por redes sociales.
También cara a cara fue mucho más fácil revelar una ruptura amorosa. Aun así, hablar de suicido de un amigo o una enfermedad terminal era más probable hacerlo en persona que en Facebook.
Finalmente, el estudio recomienda mantener discretamente sus emociones en las redes sociales, no olvide que esa plataforma tiene como objetivo socializar y no dar espacios, ni oportunidad para que otros se aprovechen de esa situación.
Director: Habib Merheg Marún