Diego Alejandro Posada, un estafador de profesión, logró engañar a las directivas del Hospital San Rafael, al hacerse pasar como médico intensivista, que fue contratado por $30 millones mensuales y que durante 8 meses mantuvo en secreto su fraude hasta que las sospechas llevaron a una investigación.
Desde septiembre de 2020, el hospital buscó más personal para atender la crisis hospitalaria surgida a partir del COVID-19. En medio de la creación de la UCI especializada para ello se contrató al «doctor» Posada con un salario de 30 millones de pesos mensuales. El elevado sueldo se debía al puesto que requería especialización en medicina crítica y cuidado intensivo.
¿Cómo es posible que el hospital
no realice las investigaciones de
ley para su contratación?
El hospital no tenía conocimiento de la situación hasta que hace semanas empezaron a llegar rumores de la falsedad de los títulos de Posada. Finalmente y tras hacer chequeos con la Universidad de la Sabana, donde supuestamente era graduado el doctor, la universidad reportó que bajo ese nombre y cédula de ciudadanía «no se encuentra registrado en el sistema central de registro como graduado de la Universidad de la Sabana». Inmediatamente Posada fue desvinculado de la entidad y el Hospital emitió comunicado al respecto.
¿Cómo es posible que durante
8 meses tuviera engañados a
todos los galenos y la gerencia
del hospital San Rafael?
Durante los ocho meses que Posada trabajó en el Hospital San Rafael devengó en total 240 millones de pesos en salarios. Además, el hospital inició un proceso en su contra a través de su representante legal Diana Celedón por los delitos de falsificación en documento privado, fraude procesal y peculado.
En rueda de prensa, la representante explicó los hechos sucedidos y dijo que la denuncia ya está en poder de las autoridades. Durante el tiempo que Posada ejerció como médico en la UCI del hospital fallecieron 55 personas por COVID-19.