El hombre más rico del mundo compró Twitter y finalizó así el novelón de los últimos 3 meses en que primero dijo que compraba, luego que no y al final en vista de un juicio poco favorable al que se vería abocado de no cerrar el negocio, se decidió a firmar el cheque.
Llegó pisando fuerte y echando gente: al director ejecutivo, al financiero y a la encargada de asuntos jurídicos.
Pero no solo hay cambio de personal. El propio sentido de la red y la forma como funciona hasta hoy, también se verán afectados con la llegada de Musk.
«Es importante para el futuro de la civilización tener un espacio público en línea en el que una gran variedad de opiniones puedan debatir de manera sana, sin recurrir a la violencia», escribió en un mensaje dirigido a los anunciantes buscando calmar a las marcas que se han mostrado inquietas por los posibles cambios.
Una señal de lo que podrá ser la red en adelante con Musk a la cabeza, es que al expresidente Donald Trump le será restablecida su cuenta suspendida por Twitter de manera unilateral durante su mandato.
El hombre más rico del mundo no se gastó 44 mil millones de dólares para hacerle favores a nadie. Lo hizo para ganar plata. Es lo que mejor sabe hacer con sus juguetes.