Jaime García* ingresó a la página de internet del Banco Davivienda y realizó una transacción por la opción “Retiro sin tarjeta” que ofrece el banco y que permite transferir dinero de una de sus cuentas para ser retirado en un cajero de la entidad con una clave que el mismo sistema entrega y sin necesidad de tarjeta.
Al celular de Jaime llegó la notificación del banco informándole que la transferencia se había hecho de forma correcta. Sin embargo, al momento de retirar, el cajero no entregó la plata y el revisar en su cuenta temeroso que algo extraño estuviera pasando a pesar de haber usado los canales oficiales del banco como se recomienda, encontró que el dinero nunca salió de su cuenta.
El caso de Jaime tuvo un final feliz pues para su fortuna la plata no se le perdió. Pero abundan casos en los que las cuentas se desocupan repentinamente sin que el dueño de la cuenta haya retirado el dinero.
Los ladrones usan esquemas exactamente idénticos al usado oficialmente por las entidades bancarias, sus falsos operadores siguen el guion que usan los verdaderos y hasta tienen los mensajes de audio iguales a los de los bancos. Incluso tienen portales de internet que en pantalla se asemejan en todo al portal original y si el usuario no está con sus cinco sentidos y en alerta, puede caer en la trampa y perder lo que tenga en sus cuentas.
Si bien los ladrones son los verdaderos y únicos bandidos, las víctimas reclaman cierta indiferencia de los bancos pues les resulta inaudito que los cacos cuenten con algunos elementos que se pensaría son de manejo exclusivo de la entidad.
Cuando la víctima descubre que el robo sucedió por un descuido suyo al suministrar contraseñas en lugares falsos o a operadores telefónicos fraudulentos, vaya y venga. Es una víctima más de la inseguridad. Pero en el caso de Jaime García se hizo el procedimiento en la página oficial del banco y si bien no perdió su dinero, a la fecha sigue esperando la respuesta de la entidad y pensando en sacar sus ahorros para meterlos bajo el colchón. Allá por lo menos, no llegan los tentáculos de la delincuencia moderna.
*El nombre ha sido cambiado por solicitud del afectado.