La familia Char representa la conjugación perfecta entre el negocio del fútbol y la política en la costa Atlántica, en especial cuando gracias a su equipo, el Junior de Barranquilla, se logra simpatizar con las multitudes para ganar votos en el círculo político que le ha permitido ganar curules no sólo en el congreso, sino en alcaldías y gobernaciones de la región.
El Junior ha estado reforzándose con jugadores importantes de cara al 2022. Ya contrató nuevo técnico y trajeron a Fernando Uribe y Daniel Giraldo de Millonarios, pero los hinchas esperaban con ansias una contratación más: Miguel Ángel Borja. El equipo cumplió.
Quien hizo el anuncio del acuerdo no fue ni el equipo ni su presidente, sino Álex Char, que publicó una foto en su cuenta de twitter. No es la primera vez que los Char usan el equipo cuando se aproximan las elecciones. Así lo hizo Fuad Char, dueño del Junior y patriarca de la familia, cuando aspiró al Senado en 2010 y previo contrató al popular técnico Diego Umaña, o algo similar pasó en 2014 cuando Arturo Char buscaba por primera vez llegar al Congreso y el Junior trajo de regreso a su ídolo Martín Arzuaga.
En la costa Atlántica el fútbol se ha convertido en el trampolín político para mantener la estructura gubernamental activa y acceder a todos los beneficios que ofrece tener el control político de toda la costa. Pareciera que sus habitantes están más preocupados con tener un buen equipo de fútbol que un buen gobierno o un cambio estructural en los círculos de corrupción que tanto afectan hoy al país.
Álex Char quiere convertirse en un candidato de peso en 2022, y sabe que el Junior es la clave que le puede arreglar el camino en las elecciones.