Por: Kico Becerra
Esta es la cuestión que nos atañe hoy en el entramado de las noticias Colombianas.
Tomar partido a favor de no usar el veneno contra la mata de coca, inexorablemente te lleva a ser llamado mamerto narcofariano.
Si por el contrario, estás de acuerdo con el uso de ese veneno en la selva, para erradicar la coca, serás sin duda un ecohomicida trumpiano.
La cosa se agrava cuando miras quienes están de acuerdo o desacuerdo con la aspersión de glifosato, prohibida hoy por la Corte Constitucional, veamos:
De acuerdo con la aspersión de esa pócima están los Gringos, Uribe, Duque y el Fiscal cianuro. !!Cipote banda dirían en la Costa!!
En desacuerdo con la fumigación con ese tóxico, están las asociaciones médicas, los ecologistas, las comunidades de indios, negros y campesinos. Hasta ahí íbamos bien, pero se sumaron el feo Santos y la voz cantarina de Gaviria.!! Se jodió eso, dijo la tonta!!
Así las cosas, dar nuestra opinión es muy riesgoso, pero para eso estamos. No creo que la coca se acabe con el uso del Glifosato nuevamente. Si eso fuera así, la hubiéramos erradicado en los 20 años que la usamos para ese fin.
Estoy convencido de que, mientras no se le dé, al campesino de la selva, cómo pueda subsistir sembrará lo que le compran y eso es coca.
Mientras haya consumo habrá producción, lo único que acaba la coca es que los periqueros de USA y de Europa, se dediquen a consumir sus píldoras alucinantes, producidas allá y que nadie persigue.
El envenenamiento de nuestras selvas, con la disculpa de erradicar la coca, es parte de la lucha perdida contra el narcotráfico, que solo nos dejará desolación y daños irreparables.
Respeto a los que piensan distinto, solo les recuerdo que, casi acabamos hace 25 años con la Sierra Nevada de Santa Marta, fumigando los cultivos de marihuana y, ahora es legal y se produce en invernaderos de USA.
La drogadicción es un problema de salud pública no de persecución penal.