Cuando una cadena internacional compra los derechos de una producción local, pone las condiciones entre las cuales está la de modificar algunos aspectos de la historia y, por ende, de los personajes y sus libretos.
Es el caso de dos producciones de RCN que fueron exitosas en su versión original y que en su reencauche internacional variaron, una para bien y otra no tanto.
“Café, con aroma de mujer” en su nueva versión mejoró en casi todos los aspectos excepto, tal vez, en el remplazo de Margarita Rosa de Francisco, pero la actualización de la historia, las locaciones y la puesta al día de los libretos a las condiciones de hoy, fueron acertadas.
En cambio, con “Hasta que la plata nos separe”, ni el hilo de la historia, ni los personajes, son siquiera parecidos al original en el cual todos eran protagonistas, tenían una personalidad propia fuertemente marcada y decididamente divertida.
En la versión 2022 quizá por el hecho de quererla vender a muchos mercados, no dicen “carro” como se usa en Colombia sino “autos”. Pero en cambio, sus protagonistas falsamente rolos, siguen usando el “su mercé” con lo que obtienen un coctel extraño de mundos pues hasta los “autos” que venden en el otrora Colombiautos, hoy Ramenautos, son de una marca no popular por estos lados y hay algunos actores que estuvieran haciendo el papel de pésimos en su oficio. ¡Y a bien que lo hacen!