Aunque la investigación no ha culminado, parece ser que las insurgencias de las Farc y el ELN realizan negocios oscuros en la frontera relacionadas con narcotráfico, en donde entregan droga a cambio de armas que le ofrecen como forma de pago por la droga.
La Octava División del Ejército ubicó en zona rural del municipio de Arauquita, departamento de Arauca, una caleta en la que eran escondidas 9 granadas de 60 milímetros que al parecer fueron fabricadas en la antigua Yugoslavia y que habrían llegado a pertenecer a las Fuerzas Armadas de Venezuela.
Estos artefactos explosivos, que son disparados por medio de fusiles, son antitanques, por lo que tienen una fuerte capacidad de destrucción. Según el Ejército, el armamento pertenecía ahora a las disidencias del Frente 10 de las Farc, las cuales delinquen, junto al Eln en esa zona que se encuentra a unos 20 kilómetros de la frontera con Venezuela.
Según el general Jairo Alejandro Fuentes, comandante de la Octava División del Ejército, este tipo de armas son convencionales, “las cuales solo se pueden adquirir a través de los tratados internacionales entre los estados. Este material podría ser empleado para afectar y atentar contra la población, infraestructura del Estado y la Fuerza Pública”.
El oficial añadió que estos grupos ilegales, en medio de sus transacciones ilegales brindan “entregan droga ilegal y reciben material como el que incautamos, que podría pertenecer a la Fuerza Nacional Bolivariana del vecino país”.
Director: Habib Merheg Marún