Ingrid Betancourt vino de París, revolcó todo y partió de nuevo a su segunda (¿primera…?) patria, Francia. Pero lo ecos de sus magistrales intervenciones en la campaña que acaba de pasar todavía se escuchan debido a que es la “dueña” de un partido político que tiene representación en el Congreso y que como partido tomó la decisión de ser oposición al gobierno de Petro así sus dos congresistas no estén de acuerdo.
Se trata del senador Humberto de la Calle y del representante Daniel Carvalho que decidieron entutelar al partido Verde Oxígeno por considerar que, con la decisión de las directivas del movimiento, usurpan funciones.
No es la primera vez que De la Calle tiene diferencias con el partido por el que decidió postularse en un momento en que la señora Betancourt actuaba como amigable componedora en las fuerzas del centro y cuando nadie pensaba que haría implosionar esa alianza para terminar, ella, aliada con la derecha y, en una voltereta final, terminar apoyando a Rodolfo Hernández.
La excandidata presidencial vino de París para meterse en la campaña presidencial en la coalición del centro, luego se separó y se postuló por su partido sacando una suma muy baja de votos, se hizo al lado de la derecha para, la semana pasada, anunciar que volvería a París.
Un recorrido fugaz y sin sentido para quien aspiró y aspira algún día a ser presidente y algunas acciones y decisiones de partido que dejan amarrados a dos de las más importantes voces del nuevo congreso.