Irán sigue caliente. En varias ciudades siguen las protestas surgidas luego que Masha Amini perdiera la vida en manos de miembros de la denominada “policía de la moral” que la detuvieron y la golpearon por llevar mal puesto el velo.
Los hechos sucedieron hace tres meses y las protestas han ido creciendo y sumando más personas sobre todo entre la juventud que pide un cambio de régimen.
Irán es uno de los países claramente regidos por un gobierno de corte religioso que busca imponer sus preceptos en toda la población. Las protestas hicieron que el fiscal general Mohamad Yafar Montazerí declarara que la “policía de la moral” sería desmantelada.
Pero lejos de ese anuncio, desde todo el país, seguían reportándose actividades de ese cuerpo policial como el cierre de un parque de diversiones de un centro comercial de Teherán porque sus operadoras no estaban usando el hiyab de forma apropiada.
Las protestas han producido cientos de detenciones y algunas personas ya han sido condenadas a muerte por “corrupción sobre la tierra” y “guerra contra Dios”.