Por Maricio Marulanda
La apertura del confinamiento nos tiene a todos en un debate muy complejo: ¿Será que debemos lanzarnos a la calle y afrontar la pandemia o deberíamos mantener la prudencia? Cada quien toma su decisión y prácticamente quedamos expuestos ante la capacidad de contagiar a otras personas, producto de nuestras decisiones. De ahí la actitud distante de los habitantes al estar en las calles, pareciera que nos invadiera una paranoía incontrolable, que nos pone a mirar a todos FEO.
Lo más posible e inevitable, es que las cifras de contagio aumenten considerablemente y los alcaldes se van a ver saturados en sus hospitales y van a pegar el grito en el cielo, y lo más seguro es que volvamos al confinamiento obligatorio por otro periodo, de al menos quince días.
¿Cuál será el panorama en caso
de regresar al confinamiento?
Una vez que las personas salgan y comiencen a recuperar su capacidad de trabajo e ingresos, será muy complejo exigirles que regresen al confinamiento, esto podría desestabilizar aún más a la economía y la psiquis de la población, que ya cansada de estar aislada, espera poder regresar a sus condiciones habituales, esperando seguir adelante con sus vidas.
El presidente Duque deberá estudiar muy bien la situación, por un lado, tiene a los empresarios empujando para reactivar la economía y el otro lado, a los conservadores y la oposición que exige prudencia y cuidado de los protocolos de vida. Así de simple serán las cosas y Duque deberá buscar la manera de tener a todos contentos, pero la realidad es que el ciudadano de a pie ya está cansado del encierro y difícilmente regresará al confinamiento
¿Estamos dispuestos a contagiarnos
y afrontar las consecuencias?
Director: Habib Merheg Marún