Pareciera una escena de una comedia política, en donde el acusado responde equivocadamente, mientras su abogado hace grandes esfuerzos para enmendar las metidas de pata de su cliente.
La audiencia nos deja ver a un Diego Cadena despistado, precipitado, asustado y dependiente de su abogado para comprender cada pregunta. Por parte de Iván Cancino pudimos ver su desesperación ante las equivocaciones de su cliente, que lo inculpan en cada respuesta y deja en evidencia la veracidad de sus respuestas.
Ustedes saquen sus propias conclusiones.