La leyenda nació en esta dirección: Azamor 503. Plena Villa Fiorito, el lugar donde Buenos Aires esconde a sus pobres. Después del pasado martes, cuando Diego murió, la casa se convirtió en lugar de peregrinación de los fieles a la pasión maradoniana. La municipalidad de Lomas de Zamora, a donde pertenece la Villa, la acaba de declarar patrimonio de la ciudad. Sin embargo la casa de Diego está en ruinas.
La casa pasó a ser propiedad de uno de los hermanas de Diego, una vez los padres murieron, la hermana se llama Kitty y estaba casada con un cartonero. Se separó y el hombre ahora tiene ahí un cuartel de recicladores que hace imposible cualquier intento por convertir el lugar en un museo. Las condiciones del barrio tampoco lo permiten. En declaraciones a Clarín un vecino del lugar afirmó que “Si te acercás o querés sacar una foto, te echa o te pide plata. La casa no era nada que ver a lo que es ahora. Doña Tota mantenía todo impecable, ahora esto es un asco”.
Otro vecino interrogado por el diario afirmó que “La casa está toda roñosa. Los pastos y los árboles crecidos. Ese hombre no habla ni te deja sacar fotos si no es por plata. No paga impuestos, tampoco la luz. Sus hijos siempre cometen fechorías en la noche y se van a esconder ahí”.
La casa además ha sido un foco de infección de Coronavirus por lo que ha generado denuncias por parte de los vecinos. Diego murió y arranca la leyenda, con toda la polémica del caso.
Director: Habib Merheg Marún