Por @EscribidorMao
Para los nacidos en la década de los 60’s y 70’s la Cicciolina era una rubia despampanante con puchecas naturales (no como las de ahora que son plásticas), con una cintura hermosa y un labios provocativos que todo adolescente de aquellas décadas tuvo que haber visto en sus películas porno que se exhibían en video tiendas y teatros especializados para adultos, a los que sólo se visitaba en la mañana, cuando escapábamos de clases para asistir a estos lugares en grupo, porque ninguno era capaz de entrar sólo a ver semejante película y menos con tanto degenerado que andaba suelto por esos días.
Sus películas, a diferencia de las actuales en los canales de pornografía, contaban una historia, por lo general de una doncella italiana que laboraba en una granja de uvas y vestía de manera muy peculiar, mostrando los vestuarios propios de esos lugares.
Aunque se trataba de pornografía y escenas explicitas, la dirección de este tipo de películas italianas, siempre relataba una historia, que de una forma u otra encajaba en la mente del espectador y nos llevaba a un mundo de fantasía, que el porno actual no está cerca de alcanzar.
No me avergüenzo de repasar las noches que soñé con la Cicciolina y de las aventuras que en la mente de un joven como cualquiera de nosotros vivió en aquellos días, era maravilloso, porque independiente de la parte fogosa y ardiente del sexo, fuimos muchos los que literalmente estábamos enamorados de la bella italiana.
Después supe que había incursionado en ámbito de la política y por aquel entonces en su campaña ofrecía permitir un beso en sus senos si apoyaban su campaña, fue la única vez que maldecí no haber nacido en Italia, porque hubiera viajado hasta allá para cumplir ese sueño de muchacho arrebatao.
Muy tarde me vine a enterar que la Cicciolina no era Italiana como yo pensaba, sino que había nacido en Hungría, pero bueno, unos kilómetros más allá no son motivo para derrumbar mis sueños eróticos con la más bella del momento.
Ya mi amor platónico llegó a los 70 años y no quiero ni mirar como ha de verse, prefiero mantener la imagen de cuando tenía sus 20’s y era toda una hoguera de emociones. Lo triste es que su único hijo anda metido en malos pasos por consumo de drogas y ella ha perdido su fortuna y ahora prácticamente está en la calle.
Creo que por mera solidaridad con la mujer que nos deleitó con sus travesuras, deberíamos hacer una Vaky a nivel mundial para entregarle cada uno de los de mi generación un aporte, así sea pequeño, para ayudarla en sus últimos años, al fin de cuentas gracias a ella conocimos el amor y el sexo por primera vez. ¿Ustedes que opinan?