Este lunes tuvo lugar una polémica en el país que involucra a la Primera Dama, María Juliana Ruiz. Según dio a conocer Noticias Uno en su emisión de fin de semana, ella se habría reunido con Enrique Serrano, director del Archivo General de la Nación, para que patrocinara su libro autobiográfico, en el que se diera a conocer su papel como consorte del mandatario. Según la publicación, el costo estimado sería superior a los 50 millones de pesos.
Luego de la publicación, la primera dama fue tendencia en las redes sociales colombianas y, ante el hecho, la Casa de Nariño publicó un comunicado de prensa en el que Ruiz indica que su objetivo solo es el de “construir conjuntamente la memoria histórica, la visibilización y el reconocimiento de la gestión social”.
¿Cuáles podrían ser esas acciones de la
Primera Dama que pudieran ser de interés
para el archivo histórico de Colombia?
Según la Primera Dama, la labor de gestión social “se hace sin intenciones personales, sin protagonismos, sin exigencias presupuestales, sino con el fin de dar a conocer la verdadera huella y legado del servicio de corazón de las Primeras Damas y gestores sociales de Colombia”.
¿En una situación económica como la
que vive el país se justifica un libro
que en nada aporta a la crisis y la
situación actual del país?
Si el objetivo es resaltar la labor de la mujer colombiana, deberíamos evaluar la posibilidad de escribir un libro de Diana Trujillo, la colombiana que llegó hasta la NASA producto de su esfuerzo y labor, sin el apoyo del Estado colombiano.
Igual podríamos exaltar a cientos de mujeres que hacen grandes esfuerzos por el país y que luchan desde el anonimato para generar cambios positivos en Colombia.
Mientras se hala de exaltar la labor de la mujer colombiana, el gobierno Duque decide darle la espalda a Jineth Bedoya ante la Corte IDH recusando a los jueces. ¿Tiene lógica esta decisión?