“Mi vida se destruyó. A mi me mataron la mañana del 25 de mayo”, dijo la periodista Jineth Bedoya ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la que relató la forma en la que en 2000 fue víctima de abuso sexual y tortura mientras ejercía su labor. Este lunes fue el primer día de audiencia, de tres programados por la Corte.
Han pasado 21 años en su lucha para que se haga justicia y se le repare por lo que vivió. Fue la falta de eficacia en las investigaciones por parte de los entes nacionales y la impunidad la que la motivó, según ella, a escalar su caso ante instancias internacionales. En 2019, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) confirmó que revisaría su caso.
Tras una primera exposición de Antonia Urrejola, relatora para Colombia de la CIDH sobre la situación, Bedoya fue la primera citada por la Corte para declarar sobre su labor periodística desde el inicio de su carrera hasta la fecha, “con especial énfasis en las investigaciones realizadas con relación al conflicto armado y al contexto carcelario en la época de los hechos. El riesgo en el que se encontraban expuestos los y las periodistas en Colombia en la época de los hechos y en el que estarían expuestos en la actualidad, así como la presencia del estado al respecto”, indicaba el secretario de la audiencia Pablo Saavedra.
El primer interrogatorio, de cerca de 20 minutos, fue realizado por Viviana Krsticevic del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, allí Bedoya narró no solo su secuestro y violación ocurridos el 25 de mayo de 2000, sino detalles de su trabajo y sus investigaciones en la cárcel Modelo “sobre violaciones a los derechos humanos con complicidad de agentes del Estado”. Su trabajo comenzó en RCN Radio y continuó en su labor como periodista en El Espectador. Desarrollando este último fue que ocurrieron los hechos.
“Luego de que denuncio las amenazas en mi contra, un policía de inteligencia nos contacta y nos dice que la mejor solución es darnos entrevista con uno de los exjefes paramilitares en la cárcel, a lo que mi jefe y yo accedemos”, contó en su relato. Añadió que al día siguiente, junto con su editor y un reportero gráfico, se dieron cita en la entrada de la cárcel Modelo en Bogotá.
Bedoya contó que en medio de los trámites para el ingreso, el editor fue a buscar al fotógrafo y ella fue abordada por un hombre y una mujer, quienes la encañonaron, la subieron a un carro, la sacaron de la ciudad, la amarraron, la torturaron y culminó todo este abuso en una “violación masiva”, precisó.
“En diferentes oportunidades dijeron que era un escarmiento para la prensa, que el periodismo se estaba metiendo en cosas que no debía, que la real plaga no eran ellos sino los periodistas, que con lo que me estaban haciendo era un escarmiento para la prensa en Colombia”, relató Bedoya ante los magistrados.
De igual manera narró las amenazas de las que ha sido víctima desde 1999 hasta la fecha, incluso contó cómo luego de que su caso llegara a esta Corte ha recibido intimidaciones vía whatsapp o por llamada, en su teléfono que tiene número privado. Bedoya declaró estar muerta en vida, pues según expuso por más de una hora, cuando existe violencia sexual contra una mujer le vulneran lo más íntimo de su integridad al punto de “hacerla pedazos”, esos mismos que tras más de 20 años no ha podido reparar.