Opiniòn: Kico Becerra
Nuestro deber ciudadano es participar con nuestro voto en las elecciones. Es un deber y un acto íntimo de conciencia.
En el cubículo, frente a los tarjetones, solo debe pesar sobre nuestra decisión el convencimiento de que estamos votando por el mejor.
Quienes votan por odio a otros o por ir en contra y no a favor de quien consideran el mejor, por lo general siempre pierden, aunque ganen sus candidatos. No votar por quien conscientemente nos parece el mejor, siempre es una pérdida.
Las encuestas son pagadas y quienes las pagan siempre salen favorecidos; son una trampa para engañar al elector y manipular su voto.
¿Se acuerdan de las últimas elecciones regionales cuando todas fallaron? ¿Qué pasó con los encuestadores? Simplemente nada; se disculparon diciendo que, en el último momento, cambio el elector.
Las firmas encuestadoras ganan por todo lado. Le cobran a los candidatos, a las empresas que las contratan y los ciudadanos les cobran haciéndolos votar por quien supuestamente va a ganar. Finalmente, le cobran al ganador por haber hecho cambiar el voto.
A las 6 PM de este domingo sabremos la verdadera encuesta. Votemos a conciencia, no por odio; ante todo votemos con respeto y sepamos ganar y perder. Tener democracia es un triunfo y poder votar libremente un privilegio que no tienen muchas naciones; miren el vecindario.
Acato desde ya la decisión de las mayorías y le deseo a los ganadores mucho éxito por el bien de todos.
Ñapa: Por respeto jamás escribo por quién se debe votar. Considero un vulgar irrespeto lo que hacen algunos comunicadores públicos al decir por quién se debe votar. Que cada cual vote conforme su convencimiento.
Ñapita: Votar en blanco es también participar y dejar constancia de que no nos gustó ninguno. No votar es, indirectamente, estar de acuerdo con lo que criticamos.
Director: Habib Merheg Marún