Por Mao Escribidor
En los últimos diez años, Colombia ha evolucionado en la manera de contar historias para cine y series para plataformas digitales. Este notable avance se ha producido, en parte, por un proceso de maduración de todos los actores involucrados, y no refiero específicamente a los actores como tal, sino a todo el equipo humano.
Las Historias
Todo inicia en el teclado de un guionista que, iluminado por las musas, crea una historia llena de personajes y situaciones que conduce a los personajes por una telaraña de dramas que enfrentan un conflicto, un desarrollo y finalmente un epílogo que nos envía un mensaje final con respecto a la historia.
Escribir guiones para cine y seriados es un arte muy distinto al de escribir libretos para telenovela, mientras el formato del melodrama de la telenovela tiene un parámetros rígidos y prestablecidos, los guiones no tienen esa limitación, no exige tener un final feliz, ni el amor es el motor de la historia.
Hace diez años, eran muy pocos los guionistas especializados en Colombia, en realidad estábamos cómodos haciendo telenovelas y en el mercado nos iba muy bien, conquistando audiencias en México y todo Latinoamérica. Pero tras la llegada de las series, que no son otra cosa distinta a películas de varios episodios, bajo la estructura cinematográfica y un diseño de producción ya establecido desde hace décadas, las reglas y las exigencias cambiaron brutalmente.
Hoy, vemos con orgullo como series colombianas, con historias muy cinematográficas llegan a las grandes plataformas y nos ponen en un lugar distinguido en los mercados internacionales.
Los Actores
Pasamos lentamente del teatro, al teleteatro, a las telenovelas y ahora nos enfrentamos a la naturalidad del cine, que exige una puesta en escena es mucho más estricta, más convincente y llena de matices que obliga a los actores a digerir las emociones del personaje y convencer al espectador de la naturalidad del personaje.
Son muchos los actores y actrices que día a día nos sorprenden con sus personajes frente a propuestas de series y largometrajes, muchos de ellos ven en este nuevo estilo, el sueño anhelado de llegar a los mercados internacionales, demostrando su talento ante cámaras.
El Lenguaje
Este es tal vez el punto álgido de la discusión. Para algunos críticos el uso de vulgarismos y regionalismos limita notablemente la comercialización y entendimiento de la historia. Para otros, el uso de estos elementos es una clara muestra de la cultura propia de la región y la sociedad en que se desarrolla la historia.
Colombia es un país rico, inmensamente rico en dichos, vulgarismos y regionalismos. A eso debemos agregar los acentos propios de cada región, los costeños, los vallunos, los rolos, los pastusos, los pingos y hasta la notable diferencia de las comunidades negras del pacífico y del atlántico. Así de diversos somos, pero eso lo sabemos nosotros y usarlo en un proyecto internacional es un riesgo que deben evaluar los productores antes de lanzarse de cabeza a una inversión de este tamaño.
El Futuro de la Industria
La realidad es que con el paso del tiempo, las telenovelas van quedando en el pasado y las series cada vez se empoderan más del mercado y para algunos este fenómeno obedece al distanciamiento de las personas con relación al romanticismo y la confrontación con una humanidad cada vez menos humana y más distante de las emociones.
Las tendencias se enfilan en las historias post apocalípticas de un futuro incierto para la especie humana, otra de las tendencias fuertes es el género del suspenso y los conflictos políticos locales e internacionales. Muy a pesar de lo que dicen los expertos, las series de narcos se mantienen en un estatus fuerte de visualización que acapara a un público constante.
El gobierno Duque, a través de su economía naranja ha intentado estimular a la industria nacional, pero los productores consideran que dichas políticas están muy distantes de la realidad de los productores y de aquellos que necesitan más colaboración por parte del Estado.
Vamos bien, no estamos volando como España, pero al compararnos con el resto de Latinoamérica estamos dando pasos grandes y demostrando que tenemos el potencial para colmar las expectativas de las plataformas digitales que ya ven en Colombia a un competidor con buenas historias y mucho talento.