La ley Arias (como se le conoce), se presentó como bandera del Centro Democrático que busca permitirle a los Condenados en Primera Instancia, apelar a una segunda instancia, que permita a una nueva corte y unos nuevos jueces, evaluar el caso del condenado y definir si en realidad esa condena es válida.
Esta descarada propuesta del Centro Democrático busca favorecer a Andrés Felipe Arias y a otros doscientos corruptos que hoy están condenados y que de ser favorecidos por esta propuesta, no sólo quedarían libres, sino que podrían demandar al Estado colombiano por haberlos privado de su libertad injustamente.
Así las cosas y de aprobarse esta ley, que lleva toda la fuerza política del Centro Democrático y sus aliados políticos (muchos de ellos condenados), muchos corruptos podrían quedar libres, recuperar su estatus político y como si fuera poco, sería indemnizado por la nación. ¿Se imaginan de qué estamos hablando?
Lo cierto es que ya paso su primer debate y pocos fueron los que rechazaron la propuesta, entre ellos el Senador Alexander López, quien afirmó.
“Cómo voy a darle ponencia positiva a un proyecto para garantizar la doble instancia a unos criminales, cuando en Colombia la gente se muere de hambre y no tiene derechos. Cómo le explicamos al país que vamos a iniciar un proceso de doble instancia apersonas que se han robado la salud, la educación, el agro y los derechos en Colombia”.
Por supuesto están los que defienden la propuesta y argumental como el Senador Liberal, Luis Fernando Velasco que asegura:
“Si un ciudadano siente que un tribunal ha fallado de manera contraevidente, (con este proyecto) tendrá la opción de que alguien revise ese fallo. No nos podemos olvidar que quienes juzgan son seres humanos que pueden equivocarse y cuando se equivocan en materia de libertad, el efecto es terrible”
El proyecto establece que los condenados sigan presos hasta que se falle por segunda vez el caso y no permite que recuperen su libertad mientras los revisan, pues podría ratificarse la sentencia.
Además, no se creará otra sala en la Corte Suprema, sino que la será la Sala Penal la que estudie los procesos.
Gustavo Petro rechazó la iniciativa al plantear que “con la excusa de volver retroactiva la doble instancia –que nadie lo ha ordenado– se destruye la cosa juzgada por la Corte Suprema de Justicia en relación a unos individuos que se denominan aforados, que son quienes han detentado el poder en Colombia, que han sido condenados en el pasado por su relación con el paramilitarismo, el narcotráfico y hechos de corrupción. Esto significa la impunidad en ciernes para toda la parapolítica, para los grandes carteles de la corrupción como para los magnicidios fundamentalmente en el caso de Luis Carlos Galán”.
Y todo esto pasa mientras todo un país se lanza a las calles a protestar por la corrupción. Lo que deja claro, que poco le importa al Centro Democrático la situación del país y que lejos de ser prudentes, arremeten con propuestas que buscan demeritar las pocas buenas acciones de la justicia y dejar libres a los corruptos.
Director: Habib Merheg Marún