Opinión: Kico Becerra
Hace 28 años la constitución eliminó el control previo; la razón era muy sencilla: No se puede controlar lo que se ha cooadministrado.
En aquella época, la Contraloría pasó de tener 18.000 empleos a 4.500. Dejó de ser el gran fortín burocrático y se convirtió en una entidad que investiga si los dineros fueron bien gastados, no si van a ser mal gastados.
El Contralor de la época, gráficamente la definió como: «La medicina forense del gasto público». Los médicos forenses dicen de qué murió el paciente; no tienen como misión sanar el cadáver.
¿Hay que acabar la medicina legal porque no puede salvar al enfermo? ¿O es tan importante sanar que, averiguar de qué murió el paciente?
Son especialidades diferentes; así como el control fiscal que dice si los dineros públicos fueron gastados con eficiencia, eficacia, economía y sin perjuicios ambientales; la Procuraduría es la que debe evitar que se inviertan mal.
Además, la función del control previo quedó en manos del control interno de cada entidad; igual que se hace en la empresa privada, donde hay auditores internos y externos. Los externos certifican entre otross el buen o mal manejo del control interno. Eso es lo que debe hacer la Contraloría en el Estado.
Ahora el «sabio» Congreso volvió a establecer el control previo por insinuación del Contralor actual. Nos devolvimos 30 años y les aseguro que no será para bien.
Si ahora las contralorías son un foco de chantage para los funcionarios, lo serán también para los ciudadanos que hagan trabajos para el gobierno
La buena noticia para los políticos es que serán necesarios más puestos, para cumplir con las nuevas funciones de las contralorías y los contralores serán más poderosos y son nombrados por ellos.
¿Y el gobierno qué? Calladito frente a este absurdo.
Ñapa: Este susurrero fue el Contralor General de la República que impulsó la reforma de la Contraloría en la constitución del 91. Esto me da autoridad para opinar sobre el tema.
Ñapita: Tengan la seguridad de que, el actual Contralor jugará un gran protagonismo en el futuro de la política nacional. Amigo de Gaviria, yerno de Yepes, jefe de los godos y amigo eficaz de Duque; las tiene todas; amén del regalito burocrático que le dio el Congreso con apoyo de los Uribistas.
Ñapitita: Además de trabas ambientales, tendremos las trabas de Contraloría. Más normas es igual a más corrupción.